A pesar de que inevitablemente la pandemia ha forzado a postergar el trabajo en los laboratorios, la ciencia no cesa de progresar generando publicaciones y estrechando la colaboración internacional.
Durante las últimas semanas, el Coronavirus ha mantenido cerrados la mayoría de los campus universitarios y centros de investigación en Chile y el resto del mundo, incluidos los laboratorios del Núcleo Milenio en Procesos Catalíticos hacia la Química Sustentable (Núcleo Milenio CSC) cuyos resultados, al igual que los de otros grupos de investigación en ciencias, dependen en gran medida del trabajo experimental.
Así por ejemplo, en el Laboratorio de Nanomateriales que se especializa en catalizadores heterogéneos y es co-dirigido por Gina Pecchi, Directora Alterna del Núcleo, el Coronavirus ha retrasado la totalidad de las actividades experimentales al igual que las estadías en el extranjero y asistencias a congresos. De hecho, los tesistas Edgardo Leal y Juan Seguel tenían trabajos aceptados en importantes encuentros internacionales como lo son el XXVII Congreso Iberoamericano de Catálisis (CICAT) en México y el 17th International Congress on Catalysis (ICC) en San Diego, los que fueron cancelados.
Sin embargo, a pesar de los retos planteados por la actual crisis sanitaria, diversas herramientas de teletrabajo han funcionado eficazmente para que investigadores y estudiantes del Núcleo Milenio CSC se mantengan productivos a través de reuniones, procesando resultados previos, actualizando literatura y generando publicaciones.
Al respecto David Contreras, investigador a cargo del Laboratorio de Oxidación Avanzada y Química Verde que se enfoca en aplicaciones ambientales de química verde y química biológica de la oxidación avanzada, destaca que durante el periodo de cierre de los laboratorios se han estrechado los vínculos con colaboradores internacionales gracias a la mayor fluidez del trabajo a distancia que se ha generado puntualmente con colegas en la Universidad de Massachussetts (USA), Universidad de Stuttgart (Alemania) y Universidad Autónoma de Madrid (España). Asimismo, advierte que, aunque la preparación de publicaciones es una de las principales actividades en las que se han concentrado en las últimas semanas, la “falta de acceso a laboratorios lo hace muy complicado ya que, aún teniendo una publicación casi completa, es muy común que quede algún experimento pendiente”. El académico de la Universidad de Concepción sugiere en especial a los estudiantes aprovechar las actuales circunstancias para “procesar la mayor cantidad de resultados a disposición y preconfigurar las publicaciones que se podrían generar. Además, se podrían planificar muy bien los experimentos que quedan pendientes y adquirir los materiales faltantes en la medida de lo posible. De esta forma se puede maximizar la eficiencia en el trabajo de laboratorio una vez que nos reintegremos”.
Juan Matos, investigador del Instituto de Ciencias Químicas Aplicadas (ICQA) de la Universidad Autónoma de Chile, y quien dirige el nuevo Grupo de Nanomateriales inteligentes (Smart NanoMat), reconoce que una de las tareas más complejas que enfrentan los estudiantes de doctorado a la hora de preparar publicaciones científicas es “reconocer las bondades y limitaciones del trabajo y de los resultados. Una vez hecho este ejercicio, se puede elegir correctamente el tipo de experimentos adicionales que se deben realizar y en caso de poder hacerlos, entonces elegir con criterio la revista a donde será enviado el trabajo”.
Por su parte, Gina Pecchi agrega que antes de escribir un artículo, es importante “ordenar todos los resultados en muchas tablas y gráficos con diferentes combinaciones, manteniendo solo una variable constante para luego identificar el efecto que esto provoca en la otras. Sólo cuando las tablas y gráficos hablan por si solos, mostrando una tendencia clara y que se pueda discutir, ahí escribimos el manuscrito. Así, evitamos abordar los resultados con una idea preconcebida de lo que se quiere encontrar y nos aseguramos de mantener la mente abierta frente a la posibilidad de obtener resultados que no esperábamos”.
De esta forma, a pesar de la interrupción de las actividades en los laboratorios, Gina Pecchi concluye que “la situación provocada por la pandemia puede ser una oportunidad para enriquecer el trabajo experimental. Hay que aprovecharla para ordenar el trabajo previo, discutir sus resultados, actualizar la bibliografía de su tema de tesis, programar el trabajo experimental, lo que incluso puede servir para replantear algunas ideas iniciales de la investigación si fuera necesario, y adelantar trabajo en el escrito de su tesis y posibles publicaciones”.
Información: Ana María Abraham, periodista del Núcleo Milenio CSC en Santiago.